AEC defiende que no es necesaria una guerra de precios en estos momentos.

AEC defiende que no es necesaria una guerra de precios en estos momentos.

Las estrategias son mejores pensadas en frío y más en estos momentos en los que nos encontramos. Una acción de alto riesgo sin madurar puede ser crítica para los beneficios de la empresa a futuro. Antes de plantearse bajar precios podemos ver si es posible mejorar el producto y mantener su calidad, consiguiendo ofertas más innovadoras para diferenciarse de la competencia. A largo plazo el resultado es más estable.

Podemos multiplicar la oferta y hacerla distinta para impedir la comparación de precios, complementándola con una comunicación y acción comercial más activa. Seguro que podemos encontrar una diferenciación en base a algún factor significativo para el cliente. Es importante hacer una buena segmentación de la cartera de clientes y ofrecer una oferta a la medida de cada uno de manera  personalizada. El objetivo es evitar sacrificar nuestro margen de beneficio por atraer clientes mercenarios, aquellos que cambian por precio y no son fieles a ninguna empresa. Se puede pensar en centrarse en los clientes o mercados más rentables, incluso si eso significa ceder una parte de tu cuota a la competencia en áreas en las que no eres suficientemente fuerte. Si tienes una cartera con varios productos, puedes dejar una parte, pero hacerle una fuerte competencia en aquellos nichos o segmentos de productos que no quieres perder. 

Todas estas alternativas nos llevan, en la Asociación Empresarial de Catering AEC, a considerar que en ningún caso es necesario entrar en una guerra de precios que dificulta profesionalizar el sector y que nos llevará a bajar el margen con el riesgo de no cubrir costes. Hay que luchar en centrarse en los valores añadidos, características cualitativas y no en el precio para difundir una imagen sólida del catering de futuro.

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