CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD DE MADRID
Os escribo nuevamente en nombre de la Asociación Empresarial del Catering, en relación a las medidas recientemente aprobadas por la Comunidad de Madrid, y todo ello en nombre de todas las empresas madrileñas que nos dedicamos al sector de las bodas y eventos.
Me permito escribiros nuevamente en la confianza que nos disteis en nuestra reunión mantenida en junio de 2020, en la que nos manifestasteis que no dudáramos en dirigirnos a vosotros para hacer comentarios y sugerencias al respecto de las medidas impuestas desde vuestra administración.
Lo primero que tenemos que decir es que estamos tremendamente agradecidos por vuestra labor hasta ahora. Lo cierto es que durante estos todos estos duros meses nos habéis permitido trabajar con relativa normalidad, lo cual nos ha permitido mantener nuestras estructuras empresariales vivas y mantener ciertos (aunque pocos) ingresos.
En este sentido, debemos señalar que el nuestro parece un caso de éxito. Desde el mes de julio de 2020 no hemos cesado de celebrar bodas en entornos completamente seguros, bajo un escrupuloso mantenimiento de todas las medidas y recomendaciones emitidas por la Comunidad de Madrid, y lo cierto es que no hemos reportado ni un solo contagio, ya sea de parte de los asistentes a los eventos como de nuestro propio personal.
Como sabéis, nuestras empresas están obligadas a llevar un registro completo con nombres, apellidos y forma de contacto de todos los asistentes, e informamos a nuestros clientes de su obligación de reportarnos cualquier positivo acaecido durante los días siguientes a sus eventos, lo cual no ha ocurrido nunca.
No obstante, desde nuestro sector pensamos que ya ha llegado el momento de separar nuestra actividad de la propia de la restauración tradicional a los efectos de la regulación sanitaria, en la medida en que se trata de actividades similares, pero muy diferentes, lo cual puede permitir sin duda una regulación especifica de la misma que favorezca nuestra actividad económica en un contexto de total seguridad, tal y como necesitamos para poder recuperarnos de las ingentes pérdidas sufridas durante todo este periodo, todo ello además en la línea de la regulación recientemente aprobada por la Junta de Andalucía.
En concreto nos referimos a los siguientes aspectos regulatorios que a continuación os describo:
i) Numero de personas por mesa:
No nos parece razonable que se nos aplique el mismo número mínimo de personas por mesa (4 en interior y 6 en exterior) dada la tipología específica de mesas que utilizamos para nuestro negocio.
El 100% de empresas de nuestro sector utiliza únicamente dos tipos de mesas para la prestación de su servicio en boda: Mesas redondas de 180 o 200 centímetros de diámetro, que en ocasiones puede llegar a los 220 centímetros.
Sin embargo, la practica totalidad de empresas de hostelería tradicional utiliza en sus terrazas mesas cuadradas de 90×90 centímetros.
Desde este punto de vista, parece de todo ilógico que un bar pueda tener a 6 personas en una terraza semi cubierta alrededor de una mesa de 90×90 centímetros, y que a nosotros se nos limite al mismo número de personas en una mesa que, por definición, ya garantiza una distancia de 180 centímetros entre muchos de sus comensales.
De hecho, si se analiza la forma en que 10 personas se sientan alrededor de una mesa de 180 centímetros, el resultado es que una persona sólo tiene contacto a menos de 50 centímetros con las dos personas que tiene a su lado. A partir de la segunda persona a cada lado, la distancia ya es de aproximadamente 100 centímetros, y a partir de ahí mucho mayor, por lo que la realidad es que, en el peor de los casos, cada persona que esta sentada en una de estas mesas sólo tiene contacto, como mucho, con 4 personas.
Esta limitación afecta tremendamente a nuestro sector ya que incremente en 1,6 veces los costes nórmales requeridos para prestar nuestro servicio. Este coste se traduce en mayor número de mesas, manteles, centros de flores y camareros.
A todo esto debemos añadir que en la actualidad el 100% de nuestro servicio se lleva a cabo al aire libre, y así va a seguir siendo hasta octubre. Pero siendo conscientes de que existen muchas empresas del sector que no están en disposición de ofrecer su servicio al aire libre por carecer de espacios para ello, esto tampoco cambiaría mucho el planteamiento ya que, insisto, nuestro modelo de mesa estándar permite que en la práctica cada persona que esté sentada sólo tenga contacto a menos de 1,5 metros con las cuatro personas que tiene alrededor.
La solución que planteamos es regular específicamente nuestra actividad en este sentido, añadiendo un simple párrafo que especifique que en los servicios de restauración ofrecidos en el contexto de una boda o evento se permitan 10 asistentes por mesa, si se trata de mesas redondas de 180 centímetros de diámetro o más.
Insisto en que la mesa redonda de 180 centímetros de diámetro es un estándar del sector. Todas las empresas compramos las mismas mesas, y no hay ninguna excepción. Basta con buscar fotos de bodas en internet para comprobar la realidad.
ii) Consumo de comida y bebida de pie:
Entendemos que esta ha sido una medida clave para permitir la continuidad de la actividad hostelera en la Comunidad de Madrid durante todo el invierno, dada la tipología específica de estos negocios:
Se trata de locales cerrados, con barra interior, en la que muchas veces la comida y bebida se sitúa cerca de las personas que se sientan en la barra, siendo el servicio prestado en terraza exclusivamente por camareros.
Pero de nuevo, este principio no aplica a nuestra actividad.
En nuestra actividad existe un cóctel previo que tradicionalmente se ha llevado a cabo de pié, con camareros pasando comida y bebida entre los asistentes, y en el que tradicionalmente los asistentes cogen con la mano los aperitivos de la bandeja pasada por los camareros.
En la actualidad, y dadas las buenas temperaturas, estos servicios se llevan a cabo en nuestro sector exclusivamente en el exterior, y en espacios grandes que permiten una distancia de 1,5 metros entre personas.
Todas las empresas del sector estamos preparadas para prestar este servicio de pie, al exterior, y garantizando que ningún invitado tenga que acercarse a la comida que está pasando el camarero, pues es éste último el que suministra cada pieza de aperitivo al cliente, lo cual no difiere en nada a un camarero que acerca una ración de croquetas a una mesa en la que están sentadas 6 personas. El contacto entre asistentes y la comida o bebida es nulo, los camareros van correctamente equipados con mascarillas, y manipulan los aperitivos con utensilios desinfectados.
Sin embargo, la obligación de que todo el servicio deba hacerse sentado nos obliga a duplicar el montaje de mesas y sillas (un montaje para el cóctel y otro para el almuerzo o cena), lo cual nos obliga a duplicar los costes que normalmente conllevaría un servicio de tales características.
La solución que planteemos es que (i) o bien se nos permita llevar a cabo este servicio con plena normalidad o (ii) o bien se nos permita llevar a cabo este servicio con normalidad, siempre que se desarrolle al aire libre y se garantice que ningún asistente tenga acceso directo a la comida.
Por lo demás, en el 100% de nuestras bodas los clientes y asistentes son informados de la obligatoriedad del uso de la mascarilla salvo para la actividad específica de comida o bebida, y cumplen las medidas con escrupuloso respeto. En caso contrario, el 100% de nuestro personal está siempre atento para recordarles dicha obligación, garantizando su cumplimiento.
iii) Actividad de baile:
De nuevo nos encontramos con una diferencia muy sustancial entre nuestra actividad y la desarrollada en los locales de ocio nocturno, por los motivos que exponemos a continuación.
En primer lugar, porque muchas empresas del sector están preparadas para prestar este servicio en espacios exteriores sin molestar a los vecinos, sencillamente por el hecho de que no hay vecinos.
En segundo lugar, porque nuestros espacios no son espacios abiertos al público. Nuestra actividad se centra en viernes y sábados. Por los que en el caso de llevarse a cabo la actividad en interior, contamos con mucho tiempo para ventilarlos adecuadamente, sin que haya ninguna actividad de domingo a viernes.
En tercer lugar, porque nuestros eventos tienen un claro tinte endogámico: No se producen más entradas de personas que las de las personas invitadas a la boda. Una vez empieza el cóctel, ya no hay más entradas. No hay posibilidad de rotación de clientes, y de hecho lo único que se producen son salidas de invitados de forma paulatina. En concreto, las personas mayores suelen ser las primeras en abandonar la boda (haya pandemia o no), y lo normal es que de una boda de 150 asistentes, 50 se hayan marchado durante la primera hora.
Y por último por que nosotros estamos obligados (con mucho acierto) ha llevar a cabo un registro de todos los asistentes con forma de contacto, lo cual permite llevar a cabo una trazabilidad posterior de cualquier brote, cosa que no puede ocurrir con garantías en un local de ocio nocturno.
Esta prohibición no afecta de manera directa a nuestros costes, pero si nos produce una perdida de beneficios en la medida que debemos reducir el precio acordado con el cliente por no poder prestar uno de los tres servicios básicos de los que se compone una boda, y sigue haciendo que muchos clientes nos estén pidiendo cancelar su boda.
La Junta de Andalucía ya está permitiendo esta actividad en locales cerrados hasta las 02:00 AM, y para nosotros es una urgente necesidad tener una regulación similar.
La solución que planteamos es que se nos permita llevarla a cabo siempre que se pueda garantizar la distancia de seguridad, con uso obligatorio de mascarilla salvo para consumir comida y bebida, sin posibilidad de admisión de nuevos clientes.
Por último debemos señalar que nos parece del todo ilógico que nuestras actividades estén mucho más restringidas que la fiesta que cualquiera puede organizar hoy en día en su domicilio particular, cuando nosotros estamos totalmente preparados y equipados para poder prestar un servicio con todas las garantías.
Llevamos todo el año equipándonos con dispensadores de gel, mascarillas, tomando temperaturas, haciendo tests a nuestro personal, y en muchos casos a os asistentes a las bodas, adiestrando a nuestro personal, etc., con lo cual podemos llevar a cabo eventos con mucha mayor seguridad que la que se daría en un domicilio privado.
Nos encantaría que todas estas sugerencias sean escuchadas de forma urgente, y solicitamos mantener una nueva reunión de forma telemática con todos vosotros para comentarlas.
Quedando agradecido de antemano, recibid un cordial saludo,
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